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está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas,
Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo.
queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman.
Recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes.