Al músico principal. Salmo de David, siervo de Jehová. La iniquidad del impío me dice al corazón: No hay temor de Dios delante de sus ojos.
No tengas envidia de los hombres malos, Ni desees estar con ellos;
Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios; Mas el que endurece su corazón caerá en el mal.