Y les dije: Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata.
Y me dijo Jehová: Echalo al tesoro; ¡hermoso precio con que me han apreciado! Y tomé las treinta piezas de plata, y las eché en la casa de Jehová al tesoro.
Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes,
y les dijo: їQué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata.