Dios, nuestro Dios ha de salvarnos, Y de Jehová el Señor es el librar de la muerte.
Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
diciendo: їDónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
Jesús, pues, estaba en pie delante del gobernador; y éste le preguntó, diciendo: їEres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices.
Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS.
Y Pilato les respondió diciendo: їQueréis que os suelte al Rey de los judíos?
Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: їQué, pues, queréis que haga del que llamáis Rey de los judíos?
comenzaron luego a saludarle: ¡Salve, Rey de los judíos!
Y el título escrito de su causa era: EL REY DE LOS JUDÍOS.
y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo.
Había también sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS.
Pero vosotros tenéis la costumbre de que os suelte uno en la pascua. їQueréis, pues, que os suelte al Rey de los judíos?
y le decían: ¡Salve, Rey de los judíos! y le daban de bofetadas.
Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS.
Dijeron a Pilato los principales sacerdotes de los judíos: No escribas: Rey de los judíos; sino, que él dijo: Soy Rey de los judíos.