Porque más grande que los cielos es tu misericordia, Y hasta los cielos tu verdad.
Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios, Y sobre toda la tierra sea enaltecida tu gloria.
Y salidos los fariseos, tuvieron consejo contra Jesús para destruirle.
Entonces se fueron los fariseos y consultaron cómo sorprenderle en alguna palabra.
Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres.
Oyó el rey Herodes la fama de Jesús, porque su nombre se había hecho notorio; y dijo: Juan el Bautista ha resucitado de los muertos, y por eso actúan en él estos poderes.
Y él les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes.
Y le enviaron algunos de los fariseos y de los herodianos, para que le sorprendiesen en alguna palabra.
Procuraron otra vez prenderle, pero él se escapó de sus manos.