Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén.
Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas.
Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años.
Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.
De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte.