Mientras callé, se envejecieron mis huesos En mi gemir todo el día.
Hazme oír gozo y alegría, Y se recrearán los huesos que has abatido.
y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;