Y el joven Samuel iba creciendo, y era acepto delante de Dios y delante de los hombres.
Entended, oh simples, discreción; Y vosotros, necios, entrad en cordura.
No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.
Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres.