E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás.
Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son,
Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.