Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate.
Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate.
Mas él, tomándola de la mano, clamó diciendo: Muchacha, levántate.
Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;