Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
El justo es librado de la tribulación; Mas el impío entra en lugar suyo.
Rescate del justo es el impío, Y por los rectos, el prevaricador.
Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.
Así dice Jehová: El trabajo de Egipto, las mercaderías de Etiopía, y los sabeos, hombres de elevada estatura, se pasarán a ti y serán tuyos; irán en pos de ti, pasarán con grillos; te harán reverencia y te suplicarán diciendo: Ciertamente en ti está Dios, y no hay otro fuera de Dios.