Dividió el mar y los hizo pasar; Detuvo las aguas como en un montón.
Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.
Que, librados de nuestros enemigos, Sin temor le serviríamos
En santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días.
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;