Y si así lo haces tú conmigo, yo te ruego que me des muerte, si he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal.
Si fuese íntegro, no haría caso de mí mismo; Despreciaría mi vida.
Está mi alma hastiada de mi vida; Daré libre curso a mi queja, Hablaré con amargura de mi alma.
їNo son pocos mis días? Cesa, pues, y déjame, para que me consuele un poco,
Soy, pues, como un hombre que no oye, Y en cuya boca no hay reprensiones.
Todo esto he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su maldad alarga sus días.
Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida.