Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.
Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.
Porque tú eres mi roca y mi castillo; Por tu nombre me guiarás y me encaminarás.
En tu mano encomiendo mi espíritu; Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.
El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
Mas ellos, cual Adán, traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra mí.