Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.
los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.
La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.
Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz
Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.