Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis.
Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen.
Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,