Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, їlama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, їpor qué me has desamparado?
Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, їlama sabactani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, їpor qué me has desamparado?
Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.