Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.
Después de estas cosas aconteció que cayó enfermo el hijo del ama de la casa; y la enfermedad fue tan grave que no quedó en él aliento.
Cuando pensé para saber esto, Fue duro trabajo para mí,
La cual concertó con Abraham, Y de su juramento a Isaac.
Convertiré en soledad montes y collados, haré secar toda su hierba; los ríos tornaré en islas, y secaré los estanques.
їPor qué cuando vine, no hallé a nadie, y cuando llamé, nadie respondió? їAcaso se ha acortado mi mano para no redimir? їNo hay en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar el mar; convierto los ríos en desierto; sus peces se pudren por falta de agua, y mueren de sed.
Él amenaza al mar, y lo hace secar, y angosta todos los ríos; Basán fue destruido, y el Carmelo, y la flor del Líbano fue destruida.