El Cantar de los Cantares 3:4
La sabiduría edificó su casa, Labró sus siete columnas.
Mató sus víctimas, mezcló su vino, Y puso su mesa.
Envió sus criadas; Sobre lo más alto de la ciudad clamó.
Dice a cualquier simple: Ven acá. A los faltos de cordura dice:
Venid, comed mi pan, Y bebed del vino que yo he mezclado.
Dejad las simplezas, y vivid, Y andad por el camino de la inteligencia.
Apenas hube pasado de ellos un poco, Hallé luego al que ama mi alma; Lo así, y no lo dejé, Hasta que lo metí en casa de mi madre, Y en la cámara de la que me dio a luz.
Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir.
Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se multiplicará la paz de tus hijos.
Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David.
Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.
Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.
Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.