Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois.