Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.
Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.
Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.
Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz.
Oyéndolo Jesús, le respondió: No temas; cree solamente, y será salva.
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.