No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, Que han de ser sujetados con cabestro y con freno, Porque si no, no se acercan a ti.
Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda.