Y los cielos declararán su justicia, Porque Dios es el juez. Selah
Sobre mis espaldas araron los aradores; Hicieron largos surcos.
Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.
Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! їQué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia.
Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: їQuién es éste, que también perdona pecados?
Entonces le preguntaron: їQuién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda?
Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios.