Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo.
Este dicho pareció grave en gran manera a Abraham a causa de su hijo.
Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia.
Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.