No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, Ni te fatigues de su corrección;
Porque Jehová al que ama castiga, Como el padre al hijo a quien quiere.
Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;
Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.
Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.