El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor.
Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha
Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros.
Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.
No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo; y por otra, llegasteis a ser compañeros de los que estaban en una situación semejante.