De esta manera habló Moisés a los hijos de Israel; pero ellos no escuchaban a Moisés a causa de la congoja de espíritu, y de la dura servidumbre.
їCuál es mi fuerza para esperar aún? їY cuál mi fin para que tenga aún paciencia?
Está mi alma hastiada de mi vida; Daré libre curso a mi queja, Hablaré con amargura de mi alma.
Hoy también hablaré con amargura; Porque es más grave mi llaga que mi gemido.