Perecen por el aliento de Dios, Y por el soplo de su ira son consumidos.
De día tropiezan con tinieblas, Y a mediodía andan a tientas como de noche.
Fueron destruidos nuestros adversarios, Y el fuego consumió lo que de ellos quedó.
Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;