Si tuviese cerca de él Algún elocuente mediador muy escogido, Que anuncie al hombre su deber;
Porque he aquí, los malos tienden el arco, Disponen sus saetas sobre la cuerda, Para asaetear en oculto a los rectos de corazón.
Si fueren destruidos los fundamentos, їQué ha de hacer el justo?
Mujer virtuosa, їquién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo.
Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.