De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven.
Por tanto me aborrezco, Y me arrepiento en polvo y ceniza.
Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, їpor qué me has desechado? їPor qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?
Irán de poder en poder; Verán a Dios en Sion.
Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor.
їQuién no te temerá, oh Rey de las naciones? Porque a ti es debido el temor; porque entre todos los sabios de las naciones y en todos sus reinos, no hay semejante a ti.