Proclamad entre las naciones su gloria, En todos los pueblos sus maravillas.
Delante de su rostro iba mortandad, Y a sus pies salían carbones encendidos.
porque nuestro Dios es fuego consumidor.
Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera.