Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida,
Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús.