no podrá su primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer, después que fue envilecida; porque es abominación delante de Jehová, y no has de pervertir la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.
Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario.