Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, їno te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.