De la mañana a la tarde son destruidos, Y se pierden para siempre, sin haber quien repare en ello.
Sale como una flor y es cortado, Y huye como la sombra y no permanece.
Como sueño volará, y no será hallado, Y se disipará como visión nocturna.
Se apoderarán de él terrores como aguas; Torbellino lo arrebatará de noche.
Aquí terminan las oraciones de David, hijo de Isaí.
Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos.
Entonces las naciones temerán el nombre de Jehová, Y todos los reyes de la tierra tu gloria;
Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: їQué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo.
La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo.
Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.
Yo, yo soy vuestro consolador. їQuién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno?
Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, їno hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todas sus empresas.