Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino;
Quien haya entre vosotros de su pueblo, sea Dios con él, y suba a Jerusalén que está en Judá, y edifique la casa a Jehová Dios de Israel (él es el Dios), la cual está en Jerusalén.
Porque el que demanda la sangre se acordó de ellos; No se olvidó del clamor de los afligidos.
Aborrecí la reunión de los malignos, Y con los impíos nunca me senté.