Entonad canción, y tañed el pandero, El arpa deliciosa y el salterio.
Aparté su hombro de debajo de la carga; Sus manos fueron descargadas de los cestos.
En la calamidad clamaste, y yo te libré; Te respondí en lo secreto del trueno; Te probé junto a las aguas de Meriba. Selah
Abre tu boca por el mudo En el juicio de todos los desvalidos.
Abre tu boca, juzga con justicia, Y defiende la causa del pobre y del menesteroso.