Mas los impíos serán todos ellos como espinos arrancados, Los cuales nadie toma con la mano;
Como pasa el torbellino, así el malo no permanece; Mas el justo permanece para siempre.
Y tú, hijo de hombre, no les temas, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinos, y moras con escorpiones; no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde.