Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.
Lavaré en inocencia mis manos, Y así andaré alrededor de tu altar, oh Jehová,
Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo; Ten misericordia de mí, y respóndeme.