Glorioso eres tú, poderoso más que los montes de caza.
Pon guarda a mi boca, oh Jehová; Guarda la puerta de mis labios.
No dejes que se incline mi corazón a cosa mala, A hacer obras impías Con los que hacen iniquidad; Y no coma yo de sus deleites.
Torció mis caminos, y me despedazó; me dejó desolado.