Los arrebatas como con torrente de aguas; son como sueño, Como la hierba que crece en la mañana.
No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas.
Y aconteció que al salir el sol, preparó Dios un recio viento solano, y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que la vida.
Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno;