Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;
Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos;
Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.