Y David le dijo: Tu sangre sea sobre tu cabeza, pues tu misma boca atestiguó contra ti, diciendo: Yo maté al ungido de Jehová.
Los sabios guardan la sabiduría; Mas la boca del necio es calamidad cercana.
El impío es enredado en la prevaricación de sus labios; Mas el justo saldrá de la tribulación.
Las palabras de la boca del sabio son llenas de gracia, mas los labios del necio causan su propia ruina.