Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.
Tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y perdonarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, habiendo conocido su corazón; porque solo tú conoces el corazón de los hijos de los hombres;
El Seol está descubierto delante de él, y el Abadón no tiene cobertura.
Mi escudo está en Dios, Que salva a los rectos de corazón.
Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos.
Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos,
y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre.