Cuanto mayor fuere el número de los años, aumentarás el precio, y cuanto menor fuere el número, disminuirás el precio; porque según el número de las cosechas te venderá él.
Mi piel se ha ennegrecido y se me cae, Y mis huesos arden de calor.
Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; El que ande en el camino de la perfección, éste me servirá.
Hizo envejecer mi carne y mi piel; quebrantó mis huesos;
Nuestra piel se ennegreció como un horno A causa del ardor del hambre.
Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos.