El Cantar de los Cantares 8:2
Yo te llevaría, te metería en casa de mi madre; Tú me enseñarías, Y yo te haría beber vino Adobado del mosto de mis granadas.
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor.
Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.