Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.