y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá.
Y le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima.
Y tomándole aparte de la gente, metió los dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua;
Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego,