Al oírlo el rey, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y quemó su ciudad.
Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.
de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies;
Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.
Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.