Habiendo salido de allí, caminaron por Galilea; y no quería que nadie lo supiese.
Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén.
Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.
їNo os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? їPor qué procuráis matarme?
Decían entonces unos de Jerusalén: їNo es éste a quien buscan para matarle?
Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros.
Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham.